Tamales caseros


Los tamales son un platillo muy especial de la gastronomía mexicana; es un plato recurrente en la dieta mexicana, con variantes de sabores pero siempre deliciosos, sin embargo no es común que se prepare en los hogares.

La razón para esto es que tiene cierto grado de complicación.
Hace algunos años -cuando aún era una niña remilgada y sin amor por la comida- mi hermana decidió que prepararía este platillo.

Compramos la masa y los ingredientes para preparar guisados de relleno. Pero en lugar de preparar los tamales clásicos (rajas, verdes, de mole, de dulce) a mi hermana le brotaba la creatividad culinaria y quiso preparar tamales de: acelgas en morita, de zanahoria y de pollo en jitomate. Para lo remilgada que era en ese momento, me pareció que aquello era un insulto a los tamales, no se me apetecía ninguno de sus sabores extraños.

Mi mamá quiso mediar las cosas y preparó para mi dos con guisado de carne molida, esperando que al menos así los probara. Para distinguirlos, los colocamos en la parte superior de la olla.

Terminamos de cocinar y servimos los platos. La verdad es que no tenían buen ver, pues nuestro amarre en las hojas de tamal había quedado chueco y los tamales tenían una forma amorfa, pero lo peor de todo es que no se habían cocido parejo. Y como se imaginarán los míos habían salido crudos.
Los que tienen hermanos mayores, comprenderán que suele ser complicado llevarles la contraria, que su carácter suele ser demasiado gruñón como para admitir que se han equivocado, y que además si comúnmente eres alguien chocante con los alimentos es más común que te obliguen a comer a que disfrutes lo que te llevas a la boca.

Pues al final mi hermana me obligó a comer medio tamal crudo antes de admitir que la pasta estaba mal cocida, ¡mal y de malas! Cuando se dio cuenta no paraba de reír, haciendo burla de que me habían tocado los crudos. Si fue asqueroso, pero divertido también.

Por ello les recomiendo que cuando preparen tamales los acomoden de forma vertical, para que el calor sea parejo en todos. Diviértanse mucho al cocinar, y disfruten más cuando alguien quiera prepararles algo, y cocinen para las personas que aman, aun cuando sus platillos no queden perfectos.

Receta de tamales

Ingredientes

1K de masa de maíz
250g de manteca de cerdo (también la vegetal sirve)
Una cucharada de sal
Polvo para hornear
Hojas de maíz secas (también funcionan las hojas de platano)
Guisados
150g de pollo o puerco cocido.

Preparación

Primero prepara los guisado, como leyeron en la historia se puede hacer tamales casi de cualquier cosa, pero lo importante es que el guisado tenga una consistencia espesa. La salsa verde de los tamales normales se prepara con: tomate verde cocido, ajo, cebolla, sal, un chile verde y un poco de agua, se pone a cocer por 10 minutos.

Ya que tengas los guisados, pon a remojar en agua tibia las hojas de maíz, hasta que consigas una consistencia suave.

Para preparar la maza, ocupa un recipiente coloca una cucharada de sal, la maza de maíz, la manteca, una pizca de polvo para hornear y agua, para que se mantenga hidratada.
Una vez lista la maza, alista una cazuela grande, en el fondo la llenarás de agua y después una rejilla.

Después has pequeñas bolas, del tamaño de tu mano, rellenalas con el guisado y agrega al centro un trozo de puerco o pollo. Ahora toma las hojas de maíz y quítales el excedente de agua con un trapo, extiende la masa y envuelvela bien, imitando la forma de una mazorca.

Ahora sobre la rejilla coloca los tamales de forma vertical (ese fue el error de mi hermana; los puso horizontales y eso no distribuye bien el vapor). Una vez llena la olla, tapada y deja cocer por una hora treinta minutos, a fuego bajo.


Para asegurar la cocción de los tamales, inserta un palillo en la maza, si sale limpio está listo. Cuando los saques recuerda usar una pinza, pues conservan la temperatura alta.

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